10 MINUTOS Y UN CIGARRILLO
Camino despacio, pero con la
prisa de quien busca, sin encontrar. Mis pies ya cansados pisan lenta pero
firmemente el suelo mojado por la lluvia primaveral, que se evapora lentamente
para quedar atrapada en las hojas de los árboles y en los tejados de las casas,
y así refrescar un poco el aire.
Me paro tranquilamente delante
de un escaparate de instrumentos musicales. La fachada de madera, su rústico
letrero, y una nota pegada en el cristal que dice, " SE EMPEÑAN
INSTRUMENTOS ", le dan un aire de pieza de valor, de recuerdos dormidos
y de sueños frustrados. ¡Cuántos aprendices de músico se han despedido de su
instrumento, de sus sueños de grandeza! -como yo, que desde muy pequeño he
sentido la necesidad de poseer una guitarra. ¡Cuántas veces en mis sueños me veo eligiendo
un modelo único y lo acaricio contento de saber que es mío! Sí ya sé que soy
incapaz de sacar ni una nota de esa guitarra, pero soñar es gratis. ¡Cuántas
veces no habremos pensado en " MARYLIN ", o en el actor de
nuestros sueños, sabiendo de antemano que jamás ni siquiera llegaremos a
conocerlo! Pero así es la vida, entre la realidad y la fantasía solo hay una
ligera tela de araña.
Ese atardecer húmedo hace que
sea más sensible a los olores y a los sonidos. Mi mirada semiperdida en el
horizonte, azulado rojizo del atardecer. Al fondo del callejón veo una puerta
que se entreabre, quizás para dejar escapar el humo de su interior. Pero lo que
yo siento es una melodía tímida que se va pegando al húmedo suelo, caminando o
mejor diría, arrastrándose sigilosamente- son unas notas penetrantes de un
viejo acordeón. Y digo viejo porque su música es triste y sabia, sus acordes
alegres son comedidos intentando acallar la felicidad con la cual fueron
creadas por su autor; las manos que acarician ese instrumento deben ser ya
mayores. Lo creo porque, tiemblan los " MI " sostenidos, mi
impulso de entrar y saborear a fondo esa música, se ve frenada por un simple,
pero acertado pensamiento.
La magia de ese callejón, esa
música que alfombra el húmedo suelo y esa extraña sensación que se apodera de
mi cuerpo, llenando de sueños y de ideas, quizás se rompería por una realidad
diferente. “10 MINUTOS Y UN CIGARRILLO ", es el tiempo que
permanezco absorbiendo ese instante de tiempo, intemporal. Sigo mi camino, esta
vez lleno y feliz, mis pies caminan deprisa, con la calma de sentir en mi
interior, la sensación de haber encontrado lo que desde hace mucho tiempo
buscaba equivocadamente. Pero el sabio destino te coloca en el sitio
inesperado, pero que te vuelve al camino marcado en tu existencia. Cuando no se
busca nada en concreto, a veces se encuentra la verdad de uno mismo. en
mi caso apareció de nuevo la inspiración y la filosofía que va con mi forma de
ser, y de pensar. Esa música que, día a día, canturrea en mi interior me hace
ver una forma diferente de fotografiar, ya no es imagen lo que busco, sino mas
bien transmitir ese ambiente y esas luces, que un día descubrí, con la melodía
de un viejo pero sabio acordeón.
LA CAJA DE ZAPATOS
La caja de zapatos
La caja de zapatosMi abuela, mujer campesina, pero muy inteligente paraExplicar los secretos de la vida, tenia todas las foto en cajas decartón , un día le pregunte si quería que le comprara albumsasí las tendría ordenadas, recuerdo sus palabras!!Noooo,las fotos son como instantes de la vida, cada vez que abro las cajitascojo una foto y con ella puedo contar una historia, de ese instante,si las tuviera en albums ordenadas por fechas, solo podría contar lahistoria del conjunto de las imágenes ya que cada una por si sola deperdería junto a las otras.Hoy que ya soy de la edad de mi abuela, recuerdo con cariño sussabias palabras, soy fotógrafo siempre entrego mis trabajos en unacaja las fotos sueltas, así cada foto cobra vida por si misma.Al buscar en mi caja, la primera foto que ha salido es la de comunión,y gracias al gesto de coger la foto, he recordado esta historia.
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